Muchos pequeños dinosaurios emplumados, llamados manirraptores, se extinguieron junto con los famosos Tyrannosaurus y Triceratops al final del Cretácico, por el impacto del famoso meteorito. Pero aquellos que lograron sobrevivir se convirtieron en los antepasados de todas las aves que conocemos hoy en día. Ahora, los investigadores que analizan miles de dientes fosilizados revelan que los dinosaurios similares a los pájaros actuales fueron capaces de sobrevivir aquellas duras épocas gracias a las semillas, de las cuales se alimentaban.
Los resultados, publicados en la revista Current Biology, muestran unas variaciones en la forma de los dientes -llamado disparidad dental-: las disminuciones en la variación de su forma indica el declive del ecosistema, pero si se encuentran diferencias entre los dientes durante los tiempos, sugiere un ecosistema rico y estable.
Para comprender cómo eran las aves más parecidas a los dinosaurios en el final de la frontera cretácea, un equipo liderado por Derek Larson, de la Universidad de Toronto, analizó 3.104 dientes de manirraptores desenterrados en todo el oeste de América del Norte. Estos fósiles representan cuatro grupos de manirraptores que abarcan 18 millones de años del Cretácico.